En un par de semanas muchos equipos iniciarán su competición doméstica, mientras que otros ya las han empezado o están inmersos en fases de clasificación de Europa o Champions League. La pretemporada es el período donde muchos técnicos adoptan estrategias para “recargar baterías” para toda la temporada, aunque lo cierto es que, si tienes la suerte de estar en un equipo “top”, tus jugadores no habrán perdido mucha forma física, sobre todo la relacionada con las acciones de alta intensidad. El inicio de la competición siempre es muy importante, sobre todo, en aquellos equipos donde el cuerpo técnico es consciente que comenzar ganando las primeras jornadas les aportará una tranquilidad más allá del mero hecho competitivo.

Durante la temporada, los preparadores físicos manejan las cargas de entrenamiento tanto para provocar micro-adaptaciones a corto plazo como para recuperar tras entrenamientos o partidos. Este proceso es comúnmente conocido como periodización. Dentro de ésta, una estrategia habitual dentro de la propia semana (o microciclo de entrenamiento si así quieres llamarlo) es realizar un tapering, que no es más que disminuir la carga de entrenamiento en busca de una supercompensación. Habitualmente, dentro de la semana de entrenamiento, la carga se eleva a mitad de semana y baja a medida que nos acercamos al partido (Figura 1). Así, la ciencia nos dice que la estrategia más efectiva de tapering es mantener la intensidad de entrenamiento que veníamos haciendo semanas anteriores y reducir hasta un 30% el volumen de entrenamiento, tanto por tiempo de entrenamiento y/o por frecuencia de entrenamientos en la semana.

Estas estrategias de tapering vienen heredadas, como no, de los deportes individuales, donde el atleta acumula una carga de trabajo importante durante el periodo de pre-competición para luego pasar al periodo de competición. Por ello, en mi opinión, en deportes colectivos, dentro de la propia semana de entrenamiento, podría ser muy interesante además de disminuir el volumen de entrenamiento, aumentar puntualmente la intensidad. En este sentido, es necesario hablar en fútbol de qué repercusiones puede tener aumentar esta intensidad; ¿mayor impacto cardiorrespiratorio?, ¿neuromuscular?, ¿fatiga central?. Por ejemplo, es habitual, y así también lo he realizado yo, el provocar un impacto neuromuscular controlado el día antes del partido, lo que se consigue necesariamente aumentando la intensidad de los esfuerzos propuestos.

Otro punto interesante, y quizás más importante a largo plazo dentro de la temporada, es manejar la carga de entrenamiento de forma ondulada durante todo el ciclo de competición. Desarrollada por las teorías clásicas de entrenamientos e introducida en el mundo del fútbol probablemente por el Prof. Paco Seirul-lo, se propone un manejo alternante dentro de ciclos compuestos por semanas (macrociclos si así se quieren llamar) donde la carga de entrenamiento “sube y baja” repitiéndose en ciclos. En referencia al tapering, la bajada de la carga de entrenamiento correspondería a este período. Con esta estrategia, se pretende que la forma física del jugador oscile a lo largo de la temporada, sin llegar a un punto máximo de pico de forma que pueda dar lugar a una caída drástica de rendimiento después. Algunos cuerpos técnicos optan por hacer coincidir micro-picos de forma con jornadas presumiblemente “fáciles” o “difíciles” según el oponente. En mi opinión, resulta demasiado arriesgado intentar realizar estos afinamientos tan precisos en un bloque de 25 jugadores, aunque sin duda entrenar con una carga más baja durante la semana, al menos, hará que los jugadores estén más descansados, lo que no necesariamente significa un pico de forma.

Figura 1. Dinámica de cargas semanal. Se observa un pico mayor de carga en el día del partido. Carga medida con TOM-Scale

En la Figura 2 plasmo una distribución de cargas típica dentro de una temporada en unos de los equipos por los que he pasado. Me gustaría remarcar en ella la progresión de la carga en el periodo inicial. Como se observa, la carga sigue subiendo hasta bien entrada la competición. Esta decisión es debida a que, en el contexto de dicha programación, se estimó que los jugadores no tenían tiempo suficiente de forma biológica para poder progresar hasta el nivel físico que nosotros deseábamos “ondular” durante toda la temporada, con lo cual, desde el punto de vista de la programación, la pretemporada realmente finalizó bien entrada la competición. Además, destacar la bajada de carga notable que coincide con el inicio de la segunda vuelta de la competición. Estas semanas de carga baja, que coincidió con el parón competitivo, no es más que otra estrategia de tapering.

Clásicamente, hace varios años se hacía otra mini-pretemporada en esta época para “recargar pilas” de nuevo. Sin embargo, mi experiencia y forma de entender el entrenamiento me dice que, en este punto, los jugadores lo que necesitan para mejorar es descanso, y eso viene muy de la mano de un tapering. Además, no olvidemos que, aún a falta de causalidad empírica, el periodo de mayor lesión en fútbol viene tras estos parones.

Las Ciencias del Deporte son una ciencia muy joven, y como ciencia joven, a día de hoy aún se siguen demostrando hipótesis, más arraigadas y aceptadas o no. Las estrategias de tapering hace ya muchos años que están bien fundamentadas en la ciencia. Sin embargo, hasta hace bien poco, en fútbol, no existían muchos estudios que fundamentasen el efecto de estas estrategias. Así, recientemente ha salido un publicado un estudio muy interesante sobre estrategias de tapering a lo largo de la temporada en un equipo de fútbol profesional. Así, Fessi et al., (2016) en un artículo publicado en la Journal of Sports Sciences y titulado “Effects of tapering on physical match activities in professional soccer players” nos muestran la inclusión de bajadas y subidas de carga dentro de la temporada, al igual que se muestra en la Figura 2.

Figura 2. Dinámica de cargas durante la temporada, calculada mediante el método TOM-Scale. Se observa cómo la carga semanal se incrementa bien entrado la cmpetición, para luego ondular de forma constante durante toda la temporada. Además, se observa a mitad de competición una reducción importante de carga entre las semanas 21 y 25, que coincide con el período navideño. Datos reales de un equipo de fútbol semi-profesional.

En este estudio en concreto participaron 19 jugadores profesionales pertenecientes a un equipo profesional de la primera división finlandesa. Se monitorizaron con Prozone los partidos de un total de 24 semanas a lo largo de la temporada, con un partido por semana. Además, la carga semanal fue controlada mediante el ya conocido s-RPE. Como conclusión (Figura 3), los autores comentan que la reducción de la carga de entrenamiento en torno a un 25% mediante la disminución del volumen y frecuencia de entrenamiento, pero manteniendo la intensidad de los mismos resultó en un 15% de incremento de las acciones de alta intensidad durante el partido de esa semana de reducción de la carga. Sin embargo, y a título de opinión personal, estos datos, aun siendo muy interesantes, deben ser tomados con cautela porque no sabemos nada de parámetros tácticos, nivel de oponente, nivel del propio equipo estudiado o el tan importante estado emocional de los jugadores.

Figura 3. Resultados del estudio comentado.

4 comentarios

  1. Estimado profe
    Le quisiera hacer una consulta
    Cuando usted habla de «es habitual, y así también lo he realizado yo, el provocar un impacto neuromuscular controlado el día antes del partido, lo que se consigue necesariamente aumentando la intensidad de los esfuerzos propuestos »
    Me podría decir algunas actividades y algunos volúmenes y tiempos de trabajo ?
    Muchísimas gracias y disculpe las molestias

    • Buenas noches Ricardo,

      Es complicado estandarizar una pregunta así, ya que la decisión la basaría en diversos factores como:

      – Días desde el último partido
      – Habituación de los jugadores a estos impactos previos
      – Estado de la superficie de entrenamiento
      – Tiempo de recuperación hasta el partido

      En este sentido, incluso, me atrevería a plantear tareas algo más individualizadas por el gran riesgo de poder pasarnos de estímulo o no llegar al proponer una tarea grupal.
      Siento no poderte dar más información pero es muy complejo estandarizar.

      Un saludo.
      Alejandro.

  2. buenas alejandro, me ha llamado la atención que cuantificaras con el método TOM-Scale, podrias decirme que escala es esta… es la escala teorida de la mente usada en psicologia?

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